El calor extremo en las plantas dificulta el control de daños mediante el riego

Embrapa Semiárida ha realizado investigaciones sobre el efecto del calor fuerte en las plantas y, según la empresa, los impactos son tan intensos que el riego por sí solo no es capaz de minimizarlos. En noviembre de 2023, Brasil registró su octava ola de calor del año. Además, el verano, la estación más calurosa del año, comenzó el 22 de diciembre, lo que provocó que el calor persistiera hasta al menos enero de 2024.

Los científicos especializados en especies de plantas de la región semiárida del nordeste: Magna Moura, Saulo Aidar y Agnaldo Rodrigues, explican que el daño varía según la etapa de crecimiento de las plantas. Un ejemplo de esto en los árboles frutales es la muerte de los botones florales que se convertirían en frutos, o incluso en frutos maduros, debido al calor excesivo.

Además, las altas temperaturas favorecen la proliferación de plagas de alta complejidad y reducen los intercambios gaseosos, reduciendo la productividad de los cultivos.

Una alternativa al problema, además de ajustar el riego, es el uso de pantallas de sombra en los cultivos. Según un experimento con manzanos realizado por los investigadores, la estructura ha ayudado a minimizar los efectos del calor, lo que se traduce en una mayor eficiencia en la fotosíntesis del huerto en comparación con su exposición total al sol.

"En ciertas épocas del año, la radiación solar en la región puede ser excesiva para la fotosíntesis de algunos cultivos agrícolas, afectando el rendimiento fisiológico no solo por la cantidad de energía lumínica, sino también por el exceso de calor en períodos cercanos al mediodía", dice Moura.

Por lo tanto, es fundamental mejorar la gestión de la planta en situaciones como esta, con el fin de recuperar la productividad de la planta y tener un rendimiento económico positivo para su empresa.

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